FULCANELLI «El misterio de las catedrales»

FULCANELLI  "El misterio de las catedrales"«Cuando escribió El misterio de las catedrales en 1922, Fulcanelli no había recibido el don de Dios, pero estaba tan cerca de la Iluminación Suprema que juzgó  necesario esperar y conservar el anonimato, el cual, por lo demás, había observado constantemente, acaso más por la inclinación de su carácter que por obedecer rigurosamente la regla del secreto. Porque hay que decir que este hombre de otro tiempo, por su apariencia extraña, sus maneras anticuadas y sus ocupaciones insólitas llamaba, sin pretenderlo, la atención de muchos.»

 

 

Este párrafo, extraído del prólogo de la segunda edición de «El misterio de las catedrales», sirve como presentación del autor y es asimismo la antesala del conocimiento que encierra esta obra.

 

Es tradición en el arte de la Alquimia que todo iniciado, aquel que ha logrado la Piedra Filosofal por sus méritos, deje un testimonio escrito de su trabajo filosófico, dirigido a aquellos discípulos que no pueden ser amparados por la enseñanaza oral y directa de un maestro  y otorgando pistas y señales más o menos veladas para la consecución de la Obra.

En este libro este alquimista del siglo XX oculto bajo el seudónimo de Fulcanelli hace lo propio relacionando el trabajo alquímico con la construcción de las catedrales, desvelando multitud de secretos ocultos en todos los recovecos de estas joyas monumentales. De este modo consigue que podamos ver los elementos arquitectónicos a través del prisma de la filosofía oculta, descubriendo el auténtico sentido que  presuntamente los constructores quisieron dar a sus creaciones.

Merece la pena sin duda la lectura atenta de este libro, aunque sólo sea por su valor académico, amenidad y maestría en el  trato de los conceptos filosóficos que maneja  (recuerdo que este libro cambió completamente mi forma de ver no solo las catedrales sino casi toda la arquitectura de la Edad Media).

 

 

Porque, tal y como escribe Fulcanelli en otro pasaje del libro:

«Para nosotros, arte gótico no es más que una deformación ortográfica de la palabra argótico, cuya homofonía es perfecta, de acuerdo con la ley fonética que rige, en todas las lenguas y sin tener en cuenta la ortografía, la cábala tradicional. La catedral es una obra de art goth o de argot. Ahora bien, los diccionarios definen el argot como ‘una lengua particular de todos los individuos que tienen interés en comunicar sus pensamientos sin ser comprendidos por los que les rodean’…»

"El misterio de las catedrales"

 

 

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