Papus fue el seudónimo del médico y ocultista francés de origen español Gérard Anaclet Vincent Encausse, (nacido el 13 de julio de 1865 en La Coruña; falleció el 25 de octubre de 1916 en París) bien conocido en el ámbito ocultista por ser un gran divulgador y prolífico escritor, y fundador de la Orden Martinista.
Nacido de padre francés , de profesión químico, y madre española (la cual era una vallisoletana de origen gitano), a la edad de cuatro años Gérard y su familia se trasladaron a París, donde recibió su educación. Desde temprana edad, Gerard se interesó por las ciencias ocultas; pasaba gran parte de su tiempo en las bibliotecas de la capital parisina estudiando Cábala, Tarot, magia y alquimia, y sobre todo los escritos de Eliphas Lévi, cuyo estilo le influiría en gran manera. Pese a ello, Gerard Encausse seguiría una vía más intelectual en su desarrollo como ocultista, era más mental y analítico que místico.
A pesar de su profunda implicación en el ocultismo y en los diversos grupos ocultistas que frecuentó, Gerard logró encontrar tiempo para seguir sus estudios académicos de medicina en la Universidad de París. Se doctoró en dicha ciencia en 1894 con una tesis sobre Anatomía Filosófica. Luego abriría una próspera clínica en en el mismo París, y en realidad en toda su vida dejó de practicar la Medicina, trabajando por ejemplo como externo en hospitales parisinos.
De hecho, debido a sus inquietudes como médico, visitó varios países de Europa estudiando todo tipo de medicina (al estilo de Paracelso), tanto la oficial como la de los curanderos, aprendiendo algunos procedimientos alternativos nada habituales para la medicina oficial de entonces. Practicó la alopatía, la homeopatía y la hipnosis, y aplicaba conocimientos ocultistas en su práctica médica. Siguiendo esta línea, en muchas ocasiones para efectuar el diagnóstico observaba en primer lugar el cuerpo astral del enfermo, y procedía a curarlo utilizando la fuerza vital-madre, fuente de equilibrio. De esta forma clasificaba las dolencias como siendo del cuerpo, del astral (alma) o del espíritu. Las dolencias del cuerpo (como fiebres, traumatismos, etc.) pueden, según el doctor Encausse, ser curadas por la medicina de los contrarios; las dolencias del astral (como la tuberculosis o el cáncer), pueden ser tratadas por la homeopatía y el magnetismo; y las dolencias del espíritu (como la epilepsia, la histeria o la locura) pueden ser tratadas por la oración y por la magia, siempre que el mal no sea kármico (deuda espiritual a ser pagada por el enfermo). Parece ser que tuvo cierto éxito en la aplicación de estas teorías a la práctica médica. Respecto al magnetismo, le concedió gran importancia; estudió a fondo las teorías de la luz astral, las relaciones materiales con el plano astral y la influencia mental para aplicar todo ello a la curación del cuerpo. Llegó a fundar la Escuela de Magnetismo de Lyon, que dirigió el sanador espiritualista francés Anthelme Nizier Philippe, «maestro Philippe”, que fue en algunos aspectos mentor de Gerard Encausse.
Además de toda esta actividad sobre el terreno, el doctor Gerard Encausse también publicó algunas obras médicas de Anatomía y Fisiología que fueron apreciadas en la época. Estas obras las firmó con su verdadero nombre, para distinguirlas de su trabajo ocultista para el cual utilizó el sobrenombre de Papus.
Obtuvo este nombre místico del libro «Nuctemeron» de Apolonio de Tyana, cuya traducción había realizado y comentado el propio Eliphas Levi. En ese libro hay doce horas simbólicas análogas a los signos del Zodíaco, que representan también los doce pasos de la Iniciación; «Papus» es el genio asignado a la primera hora, correspondiente a la Medicina.
Ya rebautizado como Papus, su actividad ocultista fue muy intensa, apoyado por el hecho de residir en París (epicentro ocultista muy importante) y en los tiempos que corrían (finales del siglo XIX). Gracias a sus tempranos escritos y a su presencia activa en muchos círculos esotéricos se hizo bastante conocido.
Se inscribió en la Sociedad Teosófica francesa algo después de su fundación, hacia 1887, pero sólo permanecería en ella hasta 1890 porque no le gustaba el énfasis que la Sociedad ponía en el ocultismo oriental. Papus consideraba que el verdadero conocimiento no había sido dado exclusivamente a los mahatmas orientales, lo cierto es que él siempre abogó por el ocultismo occidental con sus fuentes egipcias y se ciñó bastante a él.
Aunque Papus reconocía al citado sanador «Maitre Philippe» como su «maestro espiritual», su maestro en los aspectos intelectuales del ocultismo fue Alexandre Saint-Yves d’Alveydre; este probablemente fue el mismo que presentó a Papus al marqués Stanislas de Guaita (otro gran estudioso de ocultismo). De aquí surgieron colaboraciones muy activas.
En 1889, Papus y Saint-Yves se unen a de Guaita que junto con Joséphin Péladan acababa de fundar la Orden Cabalística de la Rosacruz, dedicada al estudio de la cábala, la alquimia y la tradición esotérica. Ese mismo año, Papus y su amigo Lucien Chamuel abrieron en París la Librarie du Merveilleux (que funcionaría como centro de estudio y editorial ocultista fundamentalmente); también fundaría las revistas de tirada mensual L’Initiation (que subsistió hasta 1914) y La Voile d´Isis (hasta 1898, y se reeditaría posteriormente), de la cual hizo redactor jefe a su buen amigo Augustin Chaboseau.
Papus coincidió con Chaboseau y congeniaron enseguida porque ambos estudiaban medicina y además tenían en común su afición por lo oculto y sus inclinaciones hacia la doctrina martinista; sus iniciaciones en esta doctrina provenían de dos ramas distintas, ya que, de hecho, hasta entonces no había una sociedad única conformada con ese nombre. Papus, en torno a 1882, recibió su iniciación martinista de Henri Delaage, cuyo abuelo materno había sido iniciado a su vez directamente por el mismo Louis Claude Saint-Martin (el “filósofo desconocido”, origen del martinismo). Por su parte, Chaboseau adquirió sus conocimientos (hacia 1886) de la marquesa de Boisse-Mortemart, tía suya y apasionada martinista con la que coincidió en París. Los dos compañeros, de común acuerdo, decidieron fundar en 1888 la Orden Martinista, que se convirtió en el objetivo primordial de Papus y a la que daría un impulso tremendo que ha perdurado hasta nuestros días. Paralelamente, Papus desarrollaba escritos, conferencias y cursos de esoterismo diversos además de crear y gestionar grupos como el “Grupo Independiente de Estudios Esotéricos”, la “Escuela Hermética” o la “Facultad de Ciencias Herméticas”. Eran numerosos los cursos y los temas que se estudiaban allí e iban desde la Cábala a la Alquimia y el Tarot, pasando por la historia de la filosofía hermética.
Se podría decir que toda esta infraestructura conformaba el círculo externo de la Orden iniciática Martinista, y sirvió de excelente promoción ya que de esas aulas salían los adeptos que luego se iniciarían en la Orden, la cual prosperó y se extendió por diversos países. Como colofón, los iniciados martinistas podían acceder al círculo interno de la mencionada Orden Cabalística Rosacruz, más hermética, ya que sólo admitía miembros de ese nivel.
Continuando con su actividad y ya muy reconocido, en 1893 Papus fue consagrado como obispo de la Iglesia Gnóstica de Francia por Jules Doinel, quien había fundado esta Iglesia en 1890 en un intento de revivir la religiosidad cátara; además en 1895 Papus se uniría al templo que la Golden Dawn acababa de fundar en París.
Ya en 1901, comenzaría su relación con el zar Nicolás II de Rusia y la zarina Alejandra, a los que sirvió como médico y como consejero ocultista. Papus viajó en tres ocasiones a Rusia: 1901, 1905 y 1906. En octubre de 1905, supuestamente invocó al espíritu de Alejandro III, padre del zar, quien le profetizó que su caída llegaría de manos de los revolucionarios. Seguidores de Papus sostienen que él informó al zar de que podía evitar mediante la magia la profecía de Alejandro tanto tiempo como el mismo Papus siguiera vivo, y ciertamente Nicolás permaneció en el trono de Rusia hasta 141 días después de que Papus falleciera. También llegó a advertirle de la influencia de Rasputin, que luego resultaría tan nefasta.
En octubre de 1901 Encausse colaboró con el periodista y escritor Jean Carrère en la producción de una serie de artículos para el periódico L´Echo parisino, bajo el seudónimo Niet («no» en ruso). En estos artículos se insinuaba que existía una siniestra agrupación financiera que intentaba desbaratar la alianza franco-rusa. Papus y Carrère pretendían que esta agrupación era un complot judío, y la naturaleza antisemita de estos artículos, agravada por la conocida relación de Papus con el zar de Rusia, pudo haber contribuido a la teoría de que Papus fue el autor que fraguó los “Protocolos de los sabios de Sion”, libro aparecido por aquella época.
En sus obras sobre ocultismo, Papus se basó ampliamente en las escrituras y los textos cabalísticos místicos de los judíos, los cuales había estudiado profundamente; sin embargo, en sus escritos políticos, censuraba a los judíos como malvados conspiradores financieros. Esta aparente contradicción entre la judeofilia ocultista y el antisemitismo político nunca fue explicada ni reconocida por Papus.
Papus nunca fue un francmasón permanente declarado. Pero indudablemente tuvo contactos con masones y grupos masónicos más o menos independientes, pues siempre abogó por la unificación y cooperación entre sociedades esotéricas; de este modo, organizó para el 24 de junio de 1908 en París la que se anunció como «Conferencia Masónica Internacional». En esta conferencia conocería, entre otros, a Theodor Reuss, el cabeza visible de la O.T.O.
Reuss promovió a Papus al décimo grado de la Ordo Templi Orientis además de concederle permiso para establecer un «Gran Consejo General Supremo de los Ritos Unificados de la Masonería Antigua y Primitiva para el Gran Oriente de Francia y sus Dependencias en París». Por su parte, Papus ayudó a Reuss con la formación de la Iglesia Gnóstica Católica de la O.T.O. como filial de la Iglesia Gnóstica de Francia, englobándose así en el marco del neognosticismo francés.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Papus se alistó voluntariamente en el cuerpo médico del ejército. Mientras trabajaba en un hospital militar, contrajo la tuberculosis y murió el 25 de octubre de 1916, con 51 años.
Es digno de mención el gran interés de Papus por el Tarot, que consideraba como auténtico conocimiento arcano procedente de Egipto y compendio de los Antiguos Misterios. Escribió algunas obras eruditas y muy reconocidas al respecto, como “El Tarot de los bohemios”, libro aparecido en 1889 que contenía unas particulares ilustraciones de los Arcanos Mayores, realizadas por Jean-Gabriel Gourdinat bajo las indicaciones del mismo Papus, completando la baraja con sus propios diseños de los Arcanos Menores hacia 1909. Esta peculiar baraja de Papus, llamada Tarot de los Bohemios, está ampliamente difundida en nuestros días.
Se estima que Papus escribió más de 150 obras, algunas de las cuales son consideradas fundamentales en el ocultismo moderno, el cual gracias a su extraordinario trabajo recibió un impulso y una difusión muy importante.