SIGNIFICADO DE LAS CARTAS DEL TAROT
A continuación expondré el significado básico de los naipes, basándome en el Tarot de Marsella clásico:
ARCANOS MENORES
Son 56 cartas divididas en cuatro grupos (denominados palos de la baraja); estos palos son oros, copas, espadas y bastos cada uno de ellos numerados del 1 al 10 más cuatro cartas con figuras que son, en orden ascendente, sota, caballo (o caballero), reina y rey. El significado de los palos se puede asociar con los elementos básicos (oros-tierra, copas-agua, espadas-aire, bastos-fuego) en función del cuaternario elemental. De igual modo, las cartas numeradas serían equiparables a los diez sefirot del Arbol de la Vida tradicional cabalístico y las figuras menores se referirían a etapas vitales del hombre (sota-hombre joven o bisoño, caballero-hombre o principio eminentemente activo y fecundo, reina-aspecto femenino de la sabiduría o maternidad, rey-aspecto masculino de conocimiento y potestad o autoridad)
ARCANOS MAYORES
Este grupo consta de 22 naipes con una rica simbología y significado propio sin relación directa entre sí. Tienen un orden numérico asignado con excepción de la carta de “El Loco” que en el Tarot de Marsella no está numerada. Se pueden asociar a los senderos del Arbol de la Vida, y también podemos asignarles un significado básico a modo esquemático:
I El Mago. El hombre como poder activo y creador, o el principio vital proyectado en el mundo material y su interacción.
II La Papisa. Expresa el santuario de la Madre Naturaleza, el binario, la ley, la intuición.
III. La Emperatriz. Representa la potencia fecunda de la Naturaleza, su potencia evolutiva.
IV. El Emperador. El aspecto vital masculino, la energía imbuída material.
V. El Papa. La potencia espiritual transmisora de los principios y la Ley Divina.
VI. Los enamorados. Es el sentimiento de Amor en el plano físico, el reflejo mundano del impulso de unión espiritual, y por extensión el impulso de la naturaleza el hombre.
VII. El Carro. El ejercicio de poder del hombre sobre la tierra, el autodominio.
VIII. La Justicia. La inteligencia cósmica penetrando en el plano de las realizaciones con un fin de coordinación, juicio y compensación o equilibrio.
VIIII. El Ermitaño. El hombre en la búsqueda de la verdad, el saber adquirido.
X. La Rueda de la Fortuna. El adiestramiento del hombre sobre cada nuevo ciclo, relacionado con su proceso de desarrollo general. El devenir de los acontecimientos y las causalidades.
XI. La Fuerza. Potencia del hombre, fruto de su esfuerzo y que puede ejercer sobre todos los planos.
XII. El Ahorcado. La espera, la abnegación, el parón aparente en la actividad evolutiva. La reorganización necesaria.
XIII. La Muerte. La transformación, el cambio vital cíclico, el fin necesario. Curiosamente, es el único arcano mayor en que no aparece el nombre.
XIV. Templanza. El trabajo de adaptación, el eterno retornar. La benignidad y el movimiento fluido.
XV. El Diablo. La intemperancia, la falta de moderación, el materialismo vulgar.
XVI. La Torre. El límite de la potencia humana, el orgullo, la soberbia, que desemboca en el aprendizaje forzado.
XVII. La Estrella. El reconocimiento de la luz interior, el control suave del fluir emocional.
XVIII. La Luna. La puerta al plano interno, al subconsciente. El psiquismo. El peligro de la ilusión y el espejismo.
XVIIII. El Sol. La claridad mental, el triunfo sobre la materia, el conocimiento adquirido, la actividad positiva.
XX. El Juicio. El examen del destino, la llamada inexcusable del orden divino espiritual determinando la revisión profunda.
XXI. El Mundo. La iluminación, la armonía manifestada, la espiritualidad triunfante. El dominio sobre los elementos.
El Loco. Esta carta podría estar tanto al principio como al final de los arcanos mayores, al no estar numerada. Indica la marcha ineludible del hombre a través de la evolución solo por su esfuerzo y cargado con el bagaje de conocimiento adquirido a lo largo del propio proceso evolutivo.
Esta sería, a grandes rasgos, una interpretación básica del Tarot que en todo caso debe ser ampliada y matizada observando la asociación de varias cartas, su orden de aparición y el detalle importante de si la carta aparece en posición normal o invertida. Por ello es vital el conocimiento y capacidad intuitiva del lector, ya que en base a esto hará una lectura de mayor o menor aprovechamiento; evidentemente estas lecturas son siempre subjetivas.
En cuanto a los métodos de lectura, existen numerosos y desde luego cabe siempre la posibilidad de que el lector pueda efectuar sus propias variaciones personalizadas para cada tirada. Se pueden leer sólo los Arcanos Mayores, sacar varias cartas y agruparlas en pasado-presente-futuro, colocarlas en cruz, en fila, en círculo, incluso sacar un determinado número de cartas en base a la numerología…la elección del método debería ser asimismo intuitiva.