Este libro fue publicado hacia 1912 y pertenece a la serie de obras que Atkinson escribió en tono didáctico a propósito de lo que él mismo denominó “Nuevo pensamiento”, una tendencia espiritualista comparable más o menos a lo que sería hoy en día la new age y que se basaba en sus experiencias personales con diferentes disciplinas como el yoga, la magia mental aplicada, el pensamiento positivo y el magnetismo mental…
En “La magia mental” el autor declara los fundamentos del control mental en base al conocimiento y dominio del magnetismo natural, entendido como fuerza primigenia influenciable y moldeable. Esta disciplina aplicada a la vida mundana sería la clave del citado Nuevo Pensamiento, que es básicamente el ejercicio de las facultades innatas del hombre tal y como Atkinson lo entendió y una de cuyas aplicaciones explica en esta obra.
En realidad es un tratado práctico de visualización creativa en el cual Atkinson intenta sustentar sus teorías con hechos científicos hasta el punto que le es posible, aunque da la impresión a veces de dar por sentadas demasiadas cosas. Este hecho no debe condicionarnos, en mi opinión se debe disculpar al autor ya que en todo caso explica cosas que en teoría, y atendiendo a su biografía más conocida, el mismo experimentó en su vida personal con bastante buen resultado. También es de agradecer la libertad y claridad con la que Atkinson expresa la esencia de su pensamiento, y dado el tema que se trata se puede decir que muy pocas veces anteriormente a esta publicación se habían expresado tan claramente estas ideas, que pertenecen de hecho al esquema básico del ocultismo y la iniciación y autodesarrollo personal.
Así, nos encontramos ante uno de los primeros libros que aborda el tema de la visualización creativa, o magia mental, aportando las claves necesarias para su aprendizaje, comprensión y puesta en práctica para cualquier persona interesada o no en el ocultismo.
Es por ello por lo que esta obra ha sido seguramente la inspiración del “best seller” reciente llamado “El secreto de la ley de Atracción” (Rhonda Byrne, 2006), en el que la autora expone los mismos principios pero adecuados a nuestra mentalidad moderna y aderezados con una buena dosis de dramatismo y adornos varios (para elevar las ventas, supongo).
De hecho, son muchos los libros de autoayuda (y gurús y “entrenadores”) que están proliferando últimamente en torno a la teoría y práctica de la magia mental, tal y como nos la explica William Atkinson en la obra que nos ocupa.
Parece que la proliferación de dichos libros y la asequibilidad de estas enseñanzas, junto con su evidente manoseo y manipulación (no siempre malintencionada pero tal vez con fines no muy claros) ha rebajado el nivel de dichas enseñanzas y desvirtuado su inefable utilidad, pero el hecho de que este conocimiento se pueda encontrar en la sección de libros “best seller” de cualquier hipermercado no significa que sea charlatanería. El motivo del “revival” de todo este ocultismo de andar por casa tiene, creo yo, bastante relación con el desarrollo de la misma tendencia new age, pero hay que establecer una línea divisoria y reconocer una indiscutible pureza y originalidad educativa en la obra de William Atkinson, que rezuma una intención positiva e incluye una buena dosis de conocimiento ocultista perfectamente válido.
En efecto, la esencia de la magia mental tal y como nos la muestra Atkinson en este libro es una de las bases de toda magia ceremonial y desarrollo iniciático; por este motivo y pese a su aparente sencillez ha permanecido velada en todos los círculos y sociedades secretas de corte ocultista como parte vital de su ritual más secreto. La aplicación orientada y consciente de algunos aspectos de esta magia mental está profundamente vinculada al conocimiento de algunas de las claves más importantes del esoterismo y hermetismo más antiguos y nunca revelados abiertamente.
MI BASE FUNDAMENTAL:
“Existe un Principio Dinámico Universal de vida, que llena todo el espacio; inmanente en todas las cosas, manifestándose en una infinita variedad de formas, de vida, de energía o de fuerza; y la íntima, esencial naturaleza de este Principio Universal es la Mente. La energía o fuerza de este Principio no recae en determinadas personas. Sus servicios están al alcance de todos y obran en consecuencia del propio esfuerzo, no importa quién lo ejerza. Pero el esfuerzo apropiado puede ser ejercido consciente o inconscientemente, sin que intervenga la operación de determinadas fuerzas.”
De esta manera William Atkinson describe, al principio del libro, la idea sobre la que fundamenta la teoría que luego desarrolla y explica a lo largo de la obra, incluyendo sus aplicaciones prácticas más evidentes. A lo largo de cuatro capítulos expone todo ello, comenzando por la definición de magia mental y terminando con la importancia y educación de la voluntad, haciendo hincapié en el poder de la sugestión y su control.
La exposición del autor es bastante clara, si tenemos en cuenta que la obra fue escrita a principios del siglo XX; seguramente hoy en día las alusiones al magnetismo, la polaridad y ciertas capacidades mentales serían bastante distintas. Aún así, creo que esta obra es un referente muy indicado y recomendable para el acercamiento a los mecanismos de actuación de la magia mental, sobre todo como base de la visualización creativa.