Categoría: Espiritualidad

OSHO Y EL SUFRIMIENTO

 

Chandra Mohan Jain fue un humilde, rebelde e inteligente muchacho nacido en la India en 1931. Hacia 1971 adquirió el título o sobrenombre de Bagwham Shri Rajneesh, y se había convertido en un famoso orador en su país natal que llamaba la atención por su carisma y tono provocador y polemista; en 1990 moriría conocido como Osho, místico, filósofo y líder espiritual de renombre mundial.

 
Venerado por unos y acusado de charlatán y vividor por muchos otros, la polémica nunca le dio un respiro, y conoció por propia experiencia el rechazo, el destierro, la calumnia y la prisión, paralelamente a la adulación, la riqueza extrema y una vida opulenta adornada por los laureles de la fama.
Según él mismo declaraba, recibió la iluminación espiritual en la India a la edad de 21 años.
Jamás escribió un libro; sin embargo, circula una amplia bibliografía atribuída a él debido a que sus acólitos y discípulos se encargaron de recopilar sus charlas, conferencias y testimonios que fueron sin lugar a dudas muchos y muy variados a lo largo de más de tres décadas, a veces impregnados de humor e ironía, otras veces desenfadadamente provocadores pero la mayoría claros, directos y con un trasfondo espiritual digno de tenerse en cuenta.
El siguiente texto corresponde a una de esas improvisadas charlas:

 

LAS RAICES DEL SUFRIMIENTO

El sufrimiento es un estado de inconsciencia. Somos desgraciados porque no somos conscientes de lo que estamos haciendo, de lo que estamos pensando, de lo que estamos sintiendo… y por eso nos contradecimos continuamente, a cada momento. La acción va en una dirección, el pensamiento en otra, el sentimiento está en otra parte. Nos vamos haciendo pedazos, cada vez estamos más fragmentados. Eso es el sufrimiento: perdemos integración, perdemos unidad. Perdemos por completo el centro, somos una simple periferia. Y naturalmente, una vida que no sea armoniosa está condenada a ser miserable, trágica, una carga que hay que llevar como se pueda, un sufrimiento. Lo máximo que uno puede hacer es que ese sufrimiento sea menos doloroso. Y existen una y mil clases de quitadolores.

 
No sólo están las drogas y el alcohol: la religión también se ha utilizado a modo de opio. Deja a las personas drogadas. Y naturalmente todas las religiones están en contra de las drogas, porque ellas mismas se dedican al mismo negocio; están en contra de los competidores. Si la gente toma opio, puede que deje de ser religiosa, puede que ya no tenga la necesidad de ser religiosa. Si ya han encontrado el opio, ¿por qué tendrían que molestarse con la religión? Y el opio es más barato, exige menos compromiso. Si la gente toma marihuana, LSD y otras drogas más sofisticadas, es natural que no sea religiosa, porque la religión es una droga muy primitiva. Por eso todas las religiones están en contra de las drogas.

 
La razón no es que estén verdaderamente en contra de las drogas, la razón es que las drogas son competidores y, por supuesto, si se puede impedir que la gente use drogas será más fácil que caigan en las trampas de los sacerdotes, porque esa es la única salida que les queda. Es una especie de monopolio, en el mercado sólo queda su opio y todo lo demás se declara ilegal.

 
La gente vive sumida en el sufrimiento. Sólo existen dos maneras de salir de él: la primera consiste en convertirse en  meditador: alerta, despierto, consciente… y eso es algo muy difícil. Se necesita coraje. La segunda manera, más barata, consiste en encontrar algo que te pueda dejar más inconsciente de lo que ya estás, para que no puedas sentir el sufrimiento. Encuentra algo que te deje totalmente insensible, algo que te intoxique, algún anestésico que te deje tan inconsciente que puedas escapar a esa inconsciencia y olvidar todas tus ansiedades, angustias y sinsentidos.
La segunda manera no es la verdadera. La segunda manera sólo hace que tu sufrimiento resulte un poco más confortable, un poco más soportable, un poco más cómodo. Pero no ayuda, no te transforma. La única transformación llega por la vía de la meditación, porque la meditación es el único método que te hace consciente. Para mí, la meditación es la única religión verdadera. Todo lo demás es un engañabobos. Y existen diferentes marcas de opio: cristianismo, hinduismo, islamismo, jainismo, budismo… pero son sólo diferentes marcas. El recipiente es distinto, pero el contenido es el mismo: todas te ayudan de algún modo a adaptarte a tu sufrimiento.

 
Lo que yo me propongo es llevarte más allá del sufrimiento. No hay necesidad de adaptarse al sufrimiento: existe la posibilidad de librarse por completo de el. Pero el camino es un poco difícil; el camino es un desafío.
Tienes que hacerte consciente de tu cuerpo y de lo que haces con él…

 
Un día, Buda estaba pronunciando su discurso matutino y el rey había acudido a escucharle. Estaba sentado enfrente de Buda y no paraba de mover el dedo gordo del pie. Buda dejó de hablar y miró el dedo del pie del rey. Como es natural, cuando Buda miró su dedo, el rey dejó de moverlo. Buda empezó a hablar de nuevo, y el rey empezó otra vez a mover el dedo gordo del pie. Entonces Buda le preguntó:
-¿Por qué haces eso?
El rey respondió:
-Sólo cuando dejaste de hablar y me miraste el dedo me di cuenta de lo que estaba haciendo. No era nada consciente de lo que hacía.
-Es tu dedo y no eres consciente –dijo Buda-. Entonces, podrías llegar a matar a una persona sin ser consciente de ello.

 
Y exactamente de esa manera se ha  matado a gente y el homicida no ha sido consciente. Muchos homicidas han negado en los tribunales haber matado a alguien. Al principio se pensaba que simplemente mentían, pero recientemente se ha descubierto que no estaban mintiendo, que lo hicieron en estado de inconsciencia. En aquel momento estaban tan rabiosos, tan enfurecidos, que fueron poseídos por su furia. Y cuando estás furioso, tu cuerpo segrega ciertas toxinas y tu sangre se intoxica. Estar enfurecido es estar en un estado de locura temporal. Y la persona se olvidará por completo de lo que hizo, porque no era consciente de lo que hacía.  Y así es como la gente se enamora, mata a otros, se suicida, hace todas esas cosas. El primer paso hacia la conciencia es prestarle mucha atención a tu cuerpo. Poco a poco, uno se va poniendo en estado de alerta ante cada gesto y cada movimiento. Y a medida que te vas haciendo consciente, empieza a ocurrir un milagro: dejas de hacer muchas cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado, tu cuerpo está más entonado, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.

 
Después empiezas a hacerte consciente de tus pensamientos: hay que hacer lo mismo con los pensamientos. Son más sutiles que el cuerpo y, por supuesto, también más peligrosos. Y cuando te hagas consciente de tus pensamientos, te sorprenderá lo que ocurre en tu interior.
 Si pones por escrito lo que está ocurriendo en cualquier momento, te llevarás una gran sorpresa. No te lo vas a creer. “¿Esto es lo que está ocurriendo dentro de mí?”. Sigue escribiendo durante sólo diez minutos. Cierra las puertas con llave y cierra también las ventanas para que nadie pueda entrar, para que puedas ser completamente sincero. Y enciende fuego para poder tirar al fuego lo que escribas; así nadie lo sabrá aparte de ti. Y después, sé absolutamente sincero; ponte a escribir lo que está pasando dentro de la mente. No lo interpretes, no lo alteres, no lo edites. Limítate a ponerlo en el papel sin adornos, tal y como es, exactamente como es.
Y al cabo de diez minutos, léelo. ¡Verás una mente loca por dentro! No somos conscientes de que toda esa locura fluye constantemente como una corriente subterránea. Afecta a todo lo que tiene importancia en tu vida. Afecta a cualquier cosa que hagas; afecta a todo lo que no haces, afecta a todo. ¡Y la suma de todo ello va a ser tu vida!
Así pues, este loco debe cambiar. Y el milagro de la conciencia es que no necesitas hacer nada, aparte de hacerte consciente. El fenómeno mismo de observarlo hace que cambie. Poco a poco, el loco va desapareciendo. Poco a poco, los pensamientos empiezan a ajustarse a cierta pauta. Su caos desaparece, se van convirtiendo en algo más parecido a un cosmos. Y una vez más, una profunda paz lo domina todo.
Y cuando tu cuerpo y tu mente estén en paz, verás que están sintonizados uno con otro, que existe un puente. Ahora ya no corren en diferentes direcciones, ya no cabalgan en diferentes caballos. Por primera vez hay acuerdo, y ese acuerdo constituye una ayuda inmensa para trabajar en el tercer paso: hacerte consciente de tus sentimientos, emociones, estados de humor. Esta es la capa más sutil y más difícil, pero si puedes ser consciente de los pensamientos solo tienes que dar un paso más. Se necesita una conciencia un poco más intensa para empezar a meditar sobre tus estados de humor, tus emociones, tus sentimientos.

 
En cuanto eres consciente de estas tres cosas, todas se unen en un único fenómeno. Y cuando estas tres cosas sean una sola, funcionando perfectamente al unísono, canturreando juntas, cuando puedas sentir la música de las tres –se han convertido en una orquesta- ocurre la cuarta. Lo que tu no puedes hacer ocurre por sí solo, es un regalo de la totalidad. Es una recompensa para los que han hecho estas tres cosas.
Y la cuarta cosa es la conciencia definitiva que lo despierta a uno. Uno se hace consciente de la propia conciencia, esa es la cuarta cosa. Esto te convierte en un buda, un ser despierto. Y solo en ese despertar llega uno a conocer lo que es la bienaventuranza. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la felicidad, el corazón conoce la alegría, la cuarta cosa conoce la bienaventuranza. La bienaventuranza es el objetivo, y la conciencia es el camino que lleva a ella.

 

 

CATAROS Y CATARISMO (parte I)

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EL CATARISMO Y LOS CATAROS

El catarismo fue un movimiento religioso desarrollado en la Europa medieval entre mediados del siglo X y el XIII que alcanzó un especial arraigo en los territorios del sudeste de Francia, sobre todo en la región llamada del Languedoc.

 

 

 

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MITRA

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Mitra es el nombre con que se conoce a un dios solar originario de la mitología indo-irania, adoptado por el zoroastrismo y que cobró relevancia posteriormente dando origen a una religión mistérica (mitraísmo) que se propagó hacia occidente adquiriendo cierta importancia en el seno del imperio romano.

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ZOROASTRISMO

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El zoroastrismo fue una de las grandes creencias religiosas del mundo antiguo; tuvo su epicentro geográfico en el corazón del imperio persa en su época de mayor esplendor, más o menos el territorio del actual Irán, y su influencia se llegó a extender hasta China por el extremo oriental y hasta Asia Menor por el occidental.

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LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS

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